Todo lo que sube, y tiene masa, tarde o temprano cae.
Apropiado
es ésto como alegoría, para representar cierto acontecer
-exclusivamente- psíquico. Remarco lo de “tener masa” ya que, en
estos términos, si Uno mismo no tuviese más cargas (peso), no
habría posibilidad de recaer.
Vislumbres
En
algún momento me hallé doblegado por las cargas, sobrevivía
arrastrándome. En otro me vi ampliando mi visión y perspectiva, en
contraste con ese período previo, mucho más denso, confuso y
doloroso.
Ese "recuperar la conciencia" implicaba, aunque sea relativamente,
distinguir lo burdo de lo sutil. Las pesadas cargas por un lado, el
Ser por el otro.
Es
natural que durante estos vislumbres uno suelte muchos de esos
artificios y oscuras creencias. A cambio, y como evidencia, recibimos alivio y placer.
Oscurecimiento/Densificación
Todo la energía que aplicaba sosteniendo ese excesivo peso, paso a utilizarla como reacción y esfuerzo opuesto a la
fuerza gravitatoria, impulsándome de tal manera que me despego del
piso.
Podría
representarse como un salto, salir corriendo, o volar.
El
problema es que sigo teniendo cargas. Prefiero ignorar este hecho en
pos de experimentar la inmediatez de la libertad que representa para
mí ese saltar, correr o volar. Pero esta “libertad” es relativa a la
limitante comparación, por ende no hay libertad.
Asimismo
está la inercia/costumbre o “cultura del esfuerzo” aplicada a
mantener cierta altura, velocidad, ritmo o práctica ideal.
En
definitiva, pretensiones de conservar el poder, y si resulta
necesario, fuerza bruta mediante. Es tratar de tener poder sobre esas
cargas que a su vez me anclan a toda virtual tierra firme.
Vale
aclarar que el “salto” y/o “correr” se hallan configurados
dentro de la misma lógica mundana, sobre lo apremiante del
(sobre)vivir. Son reacciones motivadas por la necesidad de libertad,
pero NO efectiva liberación.
Tarde
o temprano, termino cansado, flaqueando, mareado y eventualmente
perdiendo el equilibrio.
Caigo
en un círculo vicioso: me esfuerzo más y más, en el peor de los
casos cayendo estrepitosamente. Probable que descienda varios
escalones; el plano terrenal se volvió empinado.